/// About manifestos, overthinking (or mental masturbation, in proper spanish), and not wanting to intellectually die.
Me acuerdo vagamente de un blog post que leí hace un tiempo, y que era terriblemente largo, y cuyo link ya perdí. A falta de citas, vas a tener que confiar en mi memoria. Quién escribía el post analizaba la historia de un poeta estadounidense de finales de siglo 19, si no es que principios del 20.
El poeta, cuyo nombre no recuerdo, había escrito la gran mayoría de su obra durante su juventud, y cuando le llegó la madurez se dedicó a intentar copiar su estilo juvenil, y luego se metió en la política, y luego intentó cristalizar sus visiones políticas impopulares y rancias (que para la época era decir mucho) con un manifiesto horriblemente escrito pero que intentaba imitar su viejo estilo. La tragedia era que, habiendo llegado a la adultez, se veía superado totalmente por los logros de su juventud, y que todo lo que escribió luego fue un intento de volver a ser grande, pero no pudo y nadie lo conoce y nadie lo recuerda y al autor del blog le dió cringe esto de hacer un manifiesto después de viejo. El autor del blog teme volverse como este poeta, teme haber envejecido mal. Hay una forma de ver esto que me encanta y está en relación con las plantas leñosas: decimos que un tejido se esclerosa cuando se endurece, pasando de ser flexible a rígido y a constituir lo que conocemos habitualmente como leño. Generalmente, las células esclerosadas mueren y solo sus cáscaras quedan, ya sea para el soporte de la planta o para transportar agua o lo que sea. El autor del blog, en estos términos, teme esclerosarse. Y yo también temí esclerosarme hace unas pocas semanas pero ya no recuerdo (eso del recuerdo un problema que trataré cuando el tiempo sea el adecuado).
El poeta escribe un manifiesto y por ello el autor lo ve esclerosado, y por ello él teme por sí mismo. El manifiesto es una cristalización, una declaración de valores e ideales. La cosa era algo como 'un manifiesto es una terrible forma de hacer arte (o política) porque estás diciendo que eso es en lo que crees definitivamente y que te vas a regir por lo que dijiste y que eso es lo que consideras bueno y sanseacabó'. Es el signo más claro de decadencia, de que no se va (no se quiere) avanzar más de donde estás parado. Claro que no todos los manifiestos son así, pero este tipo de aclaraciones son tontas, aunque no todas lo son, claro.
La cosa es que estaba pensando (lo cuál resulta un peligro para mi integridad) y se me ocurrió lo siguiente: los manifiestos, y sus formas menores (que amaría nombrar y haré más tarde), son totalmente al pedo, no son más que pajas mentales (o para el público angloparlante, mental masturbation, or MM for short), y no cumplen con lo que deberían si es que recordé y definí bien lo que era un manifiesto y no estoy totalmente mal.
Llamo forma menor de manifiesto a la declaración menor que hacemos, avalando o reprobando algo, y que pretende regir nuestro comportamiento de acá al futuro. Un ejemplo claro es mi post anterior, en que pasé de analizar los parecidos en principio de mi forma de pensar y la de mi familia y la de la cristiandad, a decir cómo debería actuar y no se qué y no se cuanto. Es una lamentable costumbre que adquirí en secundaria siempre terminar un texto filosófico con 'Para concluir, estableceremos cómo todo lo que dije afecta a nuestra vida diaria y a la economía y al estado del mundo, etc. COMUNÍQUESE.'
No te pasa que estás leyendo un texto que analiza cómo vivimos y cómo podríamos vivir mejor acorde a un Bien arbitrariamente asumido por el autor, y los argumentos te parecen decentes y te gusta (guturalmente, que es lo mismo que visceralmente pero me pasa que las emociones se sienten mucho en la garganta así que no te quejes) la idea de vivir de la manera escuetamente expuesta por el autor, y al terminar de leer te proponés poner en práctica, aunque sea un momento, lo que fue expuesto? Esa consideración de vivir de una forma acorde a unos valores de acá en más la considero un minimanifiesto.
Y de este mismo ejemplo podes ver que es una pelotudez eso de los minimanifiestos. La pregunta anterior fue contestada con si? Bien, contestame esta otra pregunta: ¿Cuántas veces viviste acorde a un artículo de un Substack random? Si esta pregunta se contesta con 'al menos una vez', entonces se me demostró equivocado. No obstante, estoy bastante seguro que la respuesta universal definitiva es 'Nunca Jamás.', porque los manifiestos no sirven para nada.
Infinitas veces ha sido escrito que se perseguirá el bien, infinitas que se escudriñó finalmente la forma correcta de vivir, e infinitas se falló en seguir lo que la razón intenta establecer, e infinitas el cuerpo se revela en sus impulsos. Ni en pedo tu yo-futuro va a hacerle caso al capricho de tu yo-pasado, y vos estás ahí en medio sin ningún poder real. Y esto no sé si es una generalidad pero es así para mí. Todos los días me digo que tendría que ser más sociable, que tendría que estudiar más y al mismo tiempo que pasar menos en la computadora y y y. Pero nada se cumple. Ojalá querer fuera poder, pero eso sólo en el reino de los cielos. Acá no.
Y así, irónicamente, llegamos al punto de declarar que los manifiestos son pajas mentales y que no nos guiaremos por ellos en lo que sigue de nuestra vida porque no valen la pena.
Lastimosamente, esto es un manifiesto. Pero bueno, no está nada mal, las contradicciones tienen cierto alure, cierta atracción, cierta llamada (qué palabra linda alure! intraducible la desgraciada). El manifiesto que los termina a todos. O tal vez no; tal vez la clave no sea declarar un manifiesto, y tampoco ninguno, si no infinitos, y descartarlos y reusarlos. Cuando estaba en secundaria, en filosofía, siempre pedían analizar a un autor y decir tu opinión al respecto, de una forma que invitaba a ver la verdad en el autor. Así, en cada trabajo de filosofía cambiaba de posición, y para no ser aburridos buscaba una posición compatible con el autor pero también que se siguiera de principios arbitrarios que eligiese. A veces era kantiano para un parcial, a veces era pragmatista, a veces era cristiano y otras panteísta. Ese tipo de variedad puede ser entretenida. Lastimosamente, al declarar que esa sea la clave, estoy manifestandola.
Luego, el silencio es la única solución real. (si te preocupa realmente todo esto y no lo considerás de por sí una paja mental, que es lo más sano quizás. En ese caso, el silencio es otra vez la solución)(También podés aceptar que hay un manifiesto correcto y este es el que dice que hagas cuantos quieras o no les des bola, entonces no tenés que callarte pero si querés podés yo que sé)(o más sano aún, dejá de pensar en los manifiestos y empeza a pensar y empezá a hacer en lugar de pensar).
Y ya sabes, los manifiestos serán lindos pero no cambian la forma real del actuar de la gente. Personalmente me gusta pensar que quien somos es una sumatoria infinita de fracciones. Cosas cada vez más chiquitas se suman (hábitos en el lingo moderno de autoayuda, pero también de aristóteles y de confucio creo) y dan como resultado un entero. No podés sumar de la nada el número 30 para ser mejor, esto es, no podés declarar tu deseo de ser mejor (que es hacer un manifiesto) y de la nada ser mejor. Hay que sumar 1/2^n, durante un buen tiempo, no queda otra. Eventualmente se llega. Ojalá.
NOTA: lo de crear muchos marcos de creencias según la ocasión y lo que te pinte me recuerda a deleuze y no estoy seguro de por qué. Algo decía este muchacho sobre ser creativo y asumir una serie de principios y crear nuevos sistemas a partir de estos, o capaz estoy confundiendo con otro autor. De todas maneras, preciosa idea, aunque mi yo con problemas para establecer una identidad propia le repugne, y con razón.
text/gemini;
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