--- Fecha: mie 18 dic 2024 19:55:32 CET ---
Cuando quieres iniciarte en el mundo de las estilográficas, te das cuenta de la cantidad de aspectos que hay que tener en cuenta.
Realmente es así con todo, pero nos limitamos a lo básico. Cuando te adentras un poco te das cuenta de todo lo que hay detrás de las cosas y lo poco que sabemos. Pero vamos a lo que importa, que me lio.
Las plumas estilográficas son instrumentos complejos, y como tal, requieren de un conocimiento. Yo no soy experto, pero he seguido unas pautas que explico a continuación.
Si quieres adentrarte en la escritura con estilográfica, quizá estas anotaciones te puedan ser de ayuda.
Lo primero que llama la atención es su forma exterior. Las hay de colores, de grosores, de tamaños, de materiales, todo tan variado que cuesta decidirse.
Un apartado importante es el material. Las hay de plástico barato, de plástico bueno con cierta robustez, y las hay de metal.
También están las plumas que, aun siendo de plástico, las partes roscantes son de metal o al revés, son de metal pero con la parte roscante de plástico. Todo va a ir en función del dinero que quieras gastarte.
Las de metal son más pesadas, pero te acostumbras, y si son de aluminio no se notará tanto. Y en las de gama alta, tenemos la madera lacada, la ebonita (un polímero resistente y elegante), la fibra de carbono y paladio, la plata y rodio, o el oro. Bonitas pero caras, carísimas.
El tamaño también es importante. Si tienes las manos pequeñas, igual te da un poco igual, pero si no, hay plumas realmente cortas. En estas, se puede poner el capuchón "posteado", es decir, puesto en el final de la pluma, lo que hace que se alargue, pero en muchos modelos (sobre todo en los más económicos), aunque puede hacerse, no es recomendable porque el capuchón se da de sí.
Los largos son dispares, desde los 110 mm de Kaweco a los 136 mm de Waterman o los 138 mm de la Faber Castell. Pero ojo, todos los tamaños son a pluma cerrada, por lo que disminuyen al quitarles el capuchón.
El grosor también es importante. Son algo más anchas que los bolígrafos por razones obvias: dentro llevan el cartucho o el convertidor. Aun así también hay disparidad de tamaños, desde las más anchas como Lamy o Kaweco a las más finas como Parker, Sheffle, Waterman, Faber Castell o Sailor.
Tema importante, porque de este punto va a depender que escribas más o menos horas.
Lamy tiene un agarre triangular o triple grip, como la Pelikan Twist o la Majohn V60. Está destinado a iniciación y suele usarse para que los niños sepan cómo debe cogerse la pluma. Te puedes llegar a acostumbrar, pero si eres de las que escribe con leve angulación en el plumín, este tipo de agarre puede ser incómodo.
Otro tipo de agarre es el liso estándar, como los bolígrafos. Este tiene el inconveniente de que los dedos pueden ir resbalando hasta tocar el plumín y el alimentador y mancharte de tinta.
Para evitarlo, algunos modelos tienen un ensanchamiento en su acople con el plumín, como las Sailor o las Kaweco Al sport.
Y luego está el elegante plumín incrustado en el cuerpo de la pluma, lo que lo deja invisible, solo se ve la punta, como en los modelos Sheaffer 440 o la mítica Parker 51.
Y a partir de aquí, lo que quieras: con antideslizante, con anillo dorado, estriado, transparente, de colores...
Parece la tontería más tonta, pero tiene miga también.
Los hay de click o de rosca. El click con el tiempo se da de sí y se acaba aflojando, en cambio el de rosca es más fiable.
Después los hay posteables o no, como he dicho antes, y con clip o sin él, como muchos modelos Kaweco.
El clip, además de para su función de llevarlo en alguna solapa, sirve para que la pluma no ruede y se nos caiga al suelo, aunque hay que decir que los capuchones Kaweco son algo triangulados para que esto no pase.
La estanqueidad es importante. Si no cierra bien, la tinta se seca. He visto algún modelo infantil con el tapón agujereado para evitar ahogamiento por ingesta, pero esto acaba secando la tinta.
Y a partir de aquí, lo que quieras: clips duros que cuestan de usar, clips con rueda para facilitar el deslizamiento, estrechos, anchos, con gancho, tipo alambre, clips de oro, de platino...
Es el quiz de una pluma.
En las más asequibles suelen ser de acero inoxidable, y bañado en oro en las de gama media. Directamente de oro de varios kilates en las de gama alta.
En cuanto a la punta, suele ser de acero inoxidable en las más asequibles, o de iridio en las más caras.
Dependiendo del flujo de tinta que necesitemos, también habrán varios tamaños de plumín.
Suelen haber 4, que son el extra fino (EF), el fino (F), el medio (M) y el broad (B). Va a depender de tu tipo de letra, papel utilizado, si es para notas o para escritura intensa, o si es para firmar documentos.
Si tu letra es pequeña, te va a ir bien un tamaño F o EF, incluso para delinear, pero si tu trazo es largo, quizá un medio M te irá mejor. Los broad B suelen utilizarse para firmar documentos. Pero cuidado con este punto, porque hay muchas marcas y modelos que sus tamaños se equiparan a los siguientes, es decir, un F puede comportarse como un M.
Hay modelos japoneses que traen medidas intermedias, como FM. También suelen llevar otra nomenclatura, como S (Soft) y H (Hard), y luego hay plumines itálicos y stub que llevan las puntas cortadas, y su medida se mide en mm (suelen ir desde 1mm a 3mm). Se usan para trazos verticales anchos y horizontales finos, ejerciendo trazos parecidos a los cálamos de la edad media.
También existe la dureza del plumín. Los más asequibles suelen ser rígidos, lo que consigue una escritura homogénea. También hay modelos asequibles con cierta flexibilidad en el plumín. Las más caras tienen el plumín flexible, con lo que se consigue diferencia de trazo según la fuerza ejercida. La escritura queda muy elegante, con un trazo ascendente fino y descendente más ancho, por ejemplo.
Pero ojo con apretar demasiado, porque si aprietas como si tuvieras un bolígrafo, te cargarás los gavilanes, que son las pestañitas de la punta, quedando torcidos.
Y para acabar, si usas un papel malo, para impresora o reciclado, es posible que absorba tinta como si fuese una esponja y la tinta se corra, sobre todo en tamaños B de plumín, rellenando letras y dejando un aspecto de letras "peludas".
Existen papeles para escritura en pluma, aunque un papel para bolígrafos roller también pueden servir.
Y como con todo, te puedes dejar desde pocos Euros a muchos.
Otro tema que no podía ser fácil.
Por un lado están los cartuchos estandar internacionales de tipo europeo (universales) que se usan en la mayoría de las estilográficas, y los hay cortos y largos.
NOTA: El estandar se refiere al sistema de anclaje al alimentador, pero puede que un cartucho sea estandar y no te entre en tu pluma porque esta sea más fina que el resto del cartucho, así que cuidado.
Pero hay marcas que utilizan sistema de cartuchos patentados y solo sirven para su propia marca. En estas no funcionan los estandar.
Si te preocupa el medio ambiente y la cantidad de plástico que generamos, puedes recargar tus cartuchos con tinta de tintero.
Son unos cartuchos que llevan un émbolo para absorber la tinta del tintero. Usarás el mismo hasta que se rompa.
Y como no podía ser de otra forma, convertidores los hay estandar o patentados. Muchas marcas y modelos admiten convertidores estandar, aunque a veces no acaban de ir bien, así que hay que tener cuidado porque aunque son compatibles, no consiguen una estanqueidad del 100%, así que si puedes adquirir un convertidor para tu marca de pluma, mejor.
Si, por supuesto, ¿pensaste que con esto sería más fácil?, pues no, hay que complicarlo, si no perdería la esencia.
Convertidores los hay de émbolo, de pistón, de vacío, incorporados al cuerpo de la pluma, de botón...
El más conocido es el de émbolo. El convertidor dispone de un pequeño émbolo que girandolo absorbe la tinta del tintero.
Algunos modelos no hace falta ni quitar el cuerpo para acceder al convertidor, se sumerge la punta en el tintero y se gira la parte superior del cuerpo, por lo que es más cómodo.
El pistón es similar, y puede ir con un botón en la parte superior de la pluma, a modo de bolígrafo, o los más antiguos, mediante una palanquita en un lateral.
El de presión o vacío, funciona mediante un émbolo integrado que se estira desde la parte superior de la pluma, se sumerge la punta de la estilográfica en el tintero y se presiona, volviendolo a dejar en su sitio. La diferencia de presión absorbe la tinta.
Otro sistema similar es mediante un cartucho blando que hay que presionar para hacer el vacío.
Si, jeringas. Si no quieres gastarte una pasta en convertidores (los hay que cuestan casi lo mismo que la pluma), puedes reutilizar el mismo cartucho que venía con la pluma al comprarla y recargarlo con una jeringa.
Es algo más guarro, pero también sirve.
Los convertidores internacionales se suelen fabricar en un solo tamaño, siendo todos compatibles entre sí. Pero ciertas marcas usar convertidores patentados y son específicos para cada marca.
A continuación dejo las marcas que he encontrado:
=> [ESTANDAR]
=> [EXCLUSIVO]
Aquí aun no he probado demasiado. Decir que lo que se suele recomendar según varias horas de búsqueda son las J. Harbin, buenas y económicas, las Diamine, algo más caras que la otras pero aun así asequibles, las Waterman, mas difíciles de encontrar y algo más caras, Faber Castell, en un rango de precio parecido a J. Herbin, o la Pelikan 4001.
También encontrarás tintas resistentes al agua y al tiempo, ideales para rellenar documentos que han de perdurar en el tiempo.
Y hasta aquí hemos llegado. Conforme vaya probando iré actualizando esta guía que espero que te haya sido de utilidad.
Tags: #estilográfica #pluma
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