Érase una vez una nube muuuuy pequeña que andaba volando por el cielo. Le gustaba mirar hacia abajo y ver la vida pasar. Un día pasó por unos campos y vio a los campesinos muy tristes porque hacía mucho tiempo que no llovía y las frutas y las verduras se estaban poniendo malas.
La nube se puso muy triste y le preguntó a otra nube como ella:
La nube fue a buscar a la gran nube que le había dicho su amiga:
Y la nube, emocionada, empezó a dejarse llevar por el viento, y cogió agua de los ríos de Francia, de los lagos de Rusia, del mar de América, y cuando regresó, ya era un gran nubarrón.
Fue al campo a ver a los campesinos, y estaban aun más tristes porque la cosecha de frutas y verduras se estaba echando a perder. El nubarrón sintió tanta pena por los campesinos que se puso a llorar desconsoladamente. De repente los campesinos se pusieron a bailar y a reír; había empezado a llover.
La nube se puso muy contenta y juró que siempre cuidaría de los campesinos con su lluvia para que no volvieran a estar tristes.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
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