Rezando como en Northumbría

El norte de Gran Bretaña e Irlanda fue un gran foco de espiritualidad monástica durante la alta Edad Media. Norþanhymbra era uno de sus reinos y abarcaba zonas que ahora son Escocia y otras que llegarían a formar parte de Inglaterra. Entre sus tierras estaba la pequeña isla de Lindisfarne con un hermoso monasterio, es también la tierra de San Cuthberto, y patria del héroe de «El último reino». Sí, hablo de la serie de Netflix.

Bueno, pues resulta que hay un movimiento pequeño y hermoso, que está por recuperar la herencia monástica y de peregrinaje por aquellas tierras. Una de sus expresiones es la Comunidad de Northumbria, a la que conozco exclusivamente por su web. No pertenezco a ella, ni he acudido a sus encuentros. Mi vínculo se reduce a la oración.

Y es que cuentan con una práctica sistemática inspirada tanto en la espiritualidad del cristianismo de esa época tan antigua como la de la liturgia de las horas, pasado, me huelo, por el tamiz de la reforma anglicana y su evolución posterior, etc, etc, etc y más etc, etc, etc.

Lo relevante para lo que aquí interesa es que esa forma de rezar conecta muy bien conmigo. No me resulta ni larga ni corta. Lo primero es obvio al verla escrita, lo segundo puede justificarse simplemente diciendo que basta emplear profundamente la parte de la lectura y la meditación. Convierta usted la lectura de la Palabra en medtación y tiene para tanto tiempo como necesite o desee.

Es sobria, serena, humilde y llama al alma a amar a Dios, produciendo un efecto de conexión calurosa e íntima con Él. Conseguido ese efecto, nos lleva a la introspección, a la escucha y meditación. Finalmente acaba con una despedida que suena a bendición. Esto se repite de una a cuatro veces al día, en distintos momentos, u horas, con pequeñas variaciones cada día. Hasta aquí mi pequeña experiencia, si quiere usted probarlo tiene el enlace más abajo.

=> https://www.northumbriacommunity.org/offices/how-to-use-daily-office/

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