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2025-01-29 -Antonio Castillo-
Relatos verídicos de la vida americana.
Autor: Paul Auster
Páginas: 521
Nunca hemos sido perfectos, pero somos reales.
Durante la retransmisión de un programa de radio al que Paul Auster era asiduo, solicitó a los oyentes que le enviaran historias verídicas que les hubieran ocurrido. La única condición era que fueran breves y auténticas, para poder leerlas en programas sucesivos.
Este libro es una antología que contiene los 179 relatos seleccionados por Paul Auster de las aproximadamente cuatro mil historias que recibió de los oyentes.
Aunque el libro lo subscribe Paul Auster, "realmente es un compendio escrito por personas de todas las edades y de todas las clases sociales. Entre ellas hay un cartero, un marino mercante, un conductor de trolebús, una lectora de contadores de gas y electricidad, un restaurador de pianos, un especialista en limpiar lugares donde se ha cometido un crimen, un músico, un hombre de negocios, dos sacerdotes, un recluso de una prisión estatal, varios médicos, diferente tipos de amas de casa, granjeros y exmilitares".
Los capítulos agrupan historias con una temática en común: Animales, Objetos, Familias, Disparates, Extraños, Guerra, Amor, Muerte, Sueños y Meditaciones.
Al leerlo en castellano, tenemos el privilegio de disfrutar de la excelente traducción realizada por Cecilia Ceriani, quien corrige las posibles faltas semánticas que estos autores no profesionales podrían haber cometido.
El libro es bueno. Es posible que algunas historias te resulten menos atractivas que otras, pero su variedad garantiza que siempre encontrarás motivos de asombro, ya sean cómicos o tristes, que te harán reflexionar.
Como de costumbre, aquí te dejo algunas citas que he entresacado de su lectura:
Desgraciadamente para mí, tendría que cumplir el doble de la edad que tenía entonces antes de aprender que prejuzgar a la gente hace que, la mayoría de las veces, te equivoques respecto a casi todo.
Jennie era una bendita de Dios. Una niña que una vez describió a un extraño diciendo que «es un amigo al que todavía no conozco».
La radio está hecha para los solitarios, los desplazados o los que viven en sitios alejados. A diferencia de la televisión —que te obliga con terquedad a mirar en una sola dirección, que exige la presencia de todo tu maltrecho cuerpo—, la radio está en todas partes.
Enamorarse es como ir quedando arrinconado mientras retrocedes pintando el suelo a tu alrededor. Encantados con el color que hemos desplegado a nuestros pies, nos olvidamos de la libertad que, poco a poco, va disminuyendo a nuestras espaldas.
A veces puede llegar a ser una suerte que nos abandonen. Mientras nos recuperamos de nuestra pérdida, podemos volver a estar con nosotros mismos.
2025-01-29 -Antonio Castillo-
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