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2024-05-07 #lectura-reciente
Páginas: 96
Ensayo satírico sobre la estupidez humana, con una enjundia que lo hace muy ameno.
Durante todo el libro, juzga al estúpido en función de las pérdidas que provocan sus decisiones. Supongo que esta forma de juzgarlo es debida a que, Carlo Cipolla, era economista.
Para Carlo Cipolla todos los seres humanos están incluidos en una de cuatro categorías fundamentales: los incautos, los inteligentes, los malvados y los estúpidos.
La conclusión del ensayo se enumera en las cinco leyes siguientes:
Primera Ley Fundamental: Siempre e inevitablemente todos subestiman el número de individuos estúpidos en circulación.
Esta primera ley me recuerda el aforismo, postulado por Baltasar Gracián, que dice: "Tontos son todos los que lo parecen y la mitad de los que no lo parecen".
Por lo tanto el número de estúpidos a nuestro alrededor es muy grande y tenemos que ser muy cautos para que no nos perjudiquen.
Segunda Ley Fundamental: La probabilidad de que cierta persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona.
No necesariamente un estúpido es un disminuido psíquico. De hecho la estupidez es muy frecuente entre personas que se suponen cultas e instruidas. Si unimos la estupidez al poder político, los resultados son catastróficos.
La historia está llena de personajes estúpidos que han llevado a sus países al desastre y ellos mismos han acabado muy mal parados (ajusticiados o avocados al suicidio).
Según Cipolla, la estupidez es un problema sociológico y contagioso, que ha sumido a muchas naciones en un pasmo que les ha hecho votar a líderes notablemente estúpidos (no quiero poner ejemplos recientes para no herir susceptibilidades).
Tercera Ley Fundamental (o de Oro): una persona estúpida es aquella que causa pérdidas a otra persona o grupo de personas sin obtener ninguna ganancia para sí mismo e incluso incurriendo en pérdidas.
Esta ley fundamental o de oro, es el meollo del ensayo y la tesis que trata de demostrar durante todo el libro.
Cuarta Ley Fundamental: Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como costosísimo error.
Consideramos al estúpido falto de seso (mentecato) y por lo tanto menospreciamos el daño que pueda ocasionarnos, sin tener en cuenta la segunda ley que nos recuerda que la estupidez puede padecerla una persona con poder y con facultades para podernos perjudicar.
Quinta Ley Fundamental: La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe.
El estúpido es más peligroso que el malvado.
El malvado puede ser detectado y se pueden pronosticar sus intenciones con mucha más facilidad. El estúpido es impredecible.
Por último, para despedir esta entrada me gustaría recordar el principio de Hanlon, que nos dice:
"Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez".
2024-05-07 -Antonio Castillo-
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